El ser humano siente la necesidad de cuidar su apariencia desde hace mucho tiempo, incluso en la prehistoria, donde usaban recursos de la naturaleza para embellecerse como para protegerse del sol y en ocasiones para evitar picaduras de insectos.
Con el tiempo los productos de belleza, maquillaje y cosméticos, han ido de civilización en civilización, por ejemplo, se han encontrado indicios del uso de cosméticos en el Antiguo Egipto, como el uso de aceite para protegerse del sol y maquillaje negro en los ojos para protegerse de los rayos solares.
El maquillaje también servía como status social en Europa y en otras partes del mundo a mediados del siglo XVIII, donde las pelucas y el maquillaje de color blanco eran sinónimo de riqueza y de poder en países como Francia e Inglaterra.
Ahora la belleza es para todos
Los cosméticos y demás productos de belleza siempre han sido productos destinados a las personas que quieren cuidar su salud y sobre todo su apariencia física, es por eso que se han diversificado y ahora contamos con productos como labiales, cremas para hidratar y nutrir la piel, champus de diferentes tipos para cuidar el cabello, esmaltes para el cuidado de las uñas, etc.
La gran mayoría de los consumidores son mujeres, o eso se creía hasta principios de siglo XXI cuando los hombres empezaron a usar este tipo de productos, esto abrió aún más el espectro y a la fecha ya se cuenta incluso con productos tanto para niños como para bebés.
Latinoamérica avanza en el mercado de la belleza
El aumento de consumo de los productos de belleza es obvio en países de Latinoamérica, por ejemplo en México, donde el consumo de estos por parte de los hombres aumento en un 38% según un informe de Euromonitor International encontrándose por ejemplo con gel, desodorantes, protectores solares entre otros.
“El mercado de cosméticos está concentrado mayormente en Europa y sobre todo en Francia, donde podemos encontrar las marcas más conocidas de perfumes y productos de belleza. “
En América Latina se encuentra Brasil como un ejemplo de país productor y consumidor de cosméticos con marcas como “Natura” y “O Boticario”, donde las empresas brasileñas usan productos naturales de la flora Amazónica.
Esto es un gran avance para el mercado latinoamericano, ya que abre las puertas también a la exportación, algo en lo que nos estábamos tardando, siendo unos de los principales consumidores.